CRONICA FOTOGRAFICA ASPECTOS DE NUESTRA REUNION, Y DEL FUTURO SITIO DE TRABAJO, SI DIOS LO QUIERE.
A pesar de los viento y mareas, que hemos tenido que afrontar, para poder reunirnos, hemos logrado reunirnos 6 miembros de ARCWP-Suramerica, las otras compañeras, se excusaron, por diferentes dificultades, entre ellas la de salud, fundamentalmente.
Han sido maravilloso los logros que hemos vivido y realizado, en cuento a nuestra autoformación y crecimiento espiritual. Todo se estuvo trabajando en equipo durante dos meses, lo bueno que lo pudimos hacer a través de las distancias que nos separan, más las dificultades en los desplazamientos por las crisis de violencia, que, en nuestro país, brota, cuando menos se espera.
Hemos trabajado, ante todo nuestra identidad como Presbiteras, por qué nos hemos hecho Presbiteras, ¿para qué?
Hemos revisado nuestro trabajo pastoral, ¿en qué consiste? Dónde lo ejercemos, dando vida y sentido a los sacramentos del Bautismo, la Eucaristía, de manera especial, como centro de nuestra vida espiritual, asumidos con coraje y fortaleza, para poder compartir, y contagiar con nuestro testimonio, e invitar a quienes nos conocen y escuchar, buscar, conocer a Dios. Entendiendo que Dios, es Dios, no masculino, ni femenino, Padre-Madre, sin género, porque es un Espíritu, que nos invade a todas/os, en todo lo que está a nuestro alrededor: agua, tierra, aire, fuego, plantas y animales, viviendo plenamente el Laudato Si.
El sitio donde nos reunimos.
Me permitiré mostrar algunas imágenes. Sin decir dónde nos reunimos, al menos por ahora.
Es un buen lugar, un tanto descuidado, muy de sector popular, dejando claro, que la pobreza, no puede ser abandono y suciedad. Por abandono del Estado, con todas sus consecuencias propias de un barrio popular, no es extraño ver en las calles, montones de sacos de basura, esperando que alguien las recoja: Una autoridad civil, que no funciona sino en época de las elecciones, una religión, e iglesia alejada del común de la comunidad. Los comerciantes del barrio pagan “vacuna” a los paracos=paramilitares. En las noches puedes escuchar el enfrentamiento de guerra entre las diferentes bandas.
Cantidad de jóvenes, preciosos/as, que nos hacían palpitar, por las expectativas de trabajo pastoral, que titilaban en nuestra mente, con ganas de ofrecer una formación libre y honesta. Ancianos/as, moviéndose con dificultad, subiendo y bajando pendientes y escaleras llevando siempre entre sus manos y el bastón, algún paquete, con algo recién comprado en la tienda de la esquina.
Hay cantidad de motos, y sitios de deshuesadero de las mismas. Consumo y abuso de las plantas sagradas.
En el sitio donde nos reunimos, la Directiva nos ha solicitado hacernos cargo de la administración del lugar. Propuesta que estaríamos aceptando, pues tendríamos que hacer algunas depuraciones y cambios, para hacer que allí se viva un espíritu de solidaridad fraterna. Ya que quienes se han ido apoderando de la obra, dándole hoy una imagen de descredito y mala fama, tendrán que aceptar las normas del vivir comunitario, de poder respirar aire puro, y nada de vicios, que den mala fama, contrario a lo propuesto por quien lo fundó y dio origen a la obra.
La visión, misión y objetivo de la obra es preciosa. Hay varias casitas, cada una con dos, tres habitaciones, baño, cocina y pequeño comedor. Se pretende que sea un hogar de paso, para quien es inmigrante, para quienes recién está buscando empleo, el arriendo que se pide es muy simbólico $50.000 pesos colombianos al mes=US$15 dólares, por habitación. Es el reto a aprender a vivir en comunidad, personas de diferentes partes del país o de fuera. Hay 2 salones de buen tamaño, para capacitación, reuniones. Un espacio para rehabilitar el horno para hacer panes, Hay otro espacio, para lo cultural, música, danza, teatro…Un pequeño jardín para desmontar y sembrar lindas flores.
Aunque ya estamos ahí, con la presencia de una de nuestras presbiteras. Si se hacen acuerdos y consolida la propuesta, vendrá otra presbitera, juntas estaremos frente a este desafío pastoral, obra para el servicio de la Iglesia y el Reino de Dios y sus hijas e hijos.
por Olga Lucia Álvarez Benjumea, ARCWP